Jorge Alessandri y el terror
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“La idiotez no es una enfermedad; es una opción”. (Dionisio Albarrán)
En la última elección realizada en mayo, la derecha vivió horas de terror. Derrotada, ultrajada y arrojada a las cloacas de la historia, analizaba los resultados y vivía una pesadilla. ¿Dónde había fallado? ¿Cómo se llamaban los culpables? Entre llantos de histeria, acusaciones a granel por no haber elegido otros candidatos, se desató la llantería. “Nos robaron” gritaba un senador, cuyo apellido nos hace recordar que su familia roba tierras en la Araucanía, desde 1800 hasta la fecha. Su manifiesta frescura le hace creer que son ellos los únicos que pueden robar. Es el derecho divino, privilegio que les permite hacer y deshacer a su arbitrio, al margen de la ley.
En medio del guirigay, surgieron voces sensatas que pedían calma. No todo estaba perdido y había que recuperar la tranquilidad. “Piñera es el culpable”, acusó un senador dueño de un lago, incluido un río. Se escuchó en seguida la voz del diputado Jorge Alessandri, quien anunció que a partir de esa fecha, debía iniciarse la campaña del terror. La calificó como última alternativa para frenar el avance de la izquierda radical. En sus ratos de ociosidad, había elaborado una estrategia, pues olfateaba la derrota. “¿Y cuál es tú estrategia, muchacho?” indagó una senadora, mientras se enjugaba un furtiva lágrima. “El terror, querida colega, el terror en su total dimensión, que incluso nos asuste a nosotros mismos”. Al escucharse la sagaz idea, la concurrencia empezó a gemir de alegría. Volvió el color rosado a sus pálidos rostros o máscaras de carnaval. No quiso Jorge Alessandri recordar a sus antepasados inmigrantes patipelados, provenientes de Italia, que vendían baratijas en Recoleta, junto a mis abuelos. Habló: “Se debe promulgar ahora, una ley para que los afiliados retiren el 100% de su dinero de las AFP. De lo contrario, un futuro gobierno de Daniel Jadue o de izquierda revolucionaria, se los va a robar. Y da el caso, que los verdaderos dueños de esos recursos, somos nosotros”.
Alessandri, que jamás ha pasado hambre ni frío y fue educado por institutrices inglesas y en el Nido de Águila en Lo Barnechea, siempre se jacta que dos Alessandri fueron presidentes de Chile. Como el propósito del cronista, debe orientar a quienes lo leen y a quienes se niegan a leerlo, le propongo al diputado de la UDI, las siguientes ideas para incrementar el terror. No son de mi paternidad, sí de mis lectores. Las personas que tienen más de cinco automóviles, deben regalarle uno al jardinero y otro a la cocinera. En sus casas de un valor de 855 millones y 420 metros cuadrados construidos, aunque estén exentas del pago de contribuciones y poseen piezas desocupadas, deben alojar en verano a familias que no tienen dónde ir a veranear. Se podrán bañar en la piscina a horas determinadas y disfrutar de la cancha de tenis, aunque no sepan jugar tenis. Hacer asados en el quincho a horas que no perturbe la siesta de los dueños de casa. Estas vacaciones no superarán la quincena, aunque se encariñen con el lugar. Ahora, si quienes alegan ser acaudalados y no tienen cinco automóviles, casas como la descrita, menos aún jardinero, cocinera ni chofer, pues son unos infelices muertos de hambre.
Otra campaña de exquisito terror y eficacia, debe vincularse a la educación. Exigir que las universidades y colegios privados, reciban a lo menos a un 25% de la muchachada proveniente de las poblaciones y del campo. ¿Y dónde alojarla? En los pisos donde los sinvergüenzas arrullan el clandestino amor. Ahora, el retiro del 100% de las AFP comienza a ser analizado por otras personas, pues advierten que es una genial idea. Alessandri debe buscar una nueva y espeluznante historia de terror, por ejemplo, que Sebastián Piñera exige ser otra vez presidente.
Por Walter Garib
ramon roman says:
Don Walter, no tiene para que inventar campañitas de terror nativas, ya que las campañas de terror las inventan hasta muchos del pueblo ayudados por los peleles nativos viviendo en el extranjero. ¿Por qué digo esto? Si ustedes leyeran la prensa de otros países, especialmente de los EEUU y en el caso específico del Perú con su elección de ayer, hubieran palpado directamente esta campaña del terror emanada por intereses directos de los neoliberals y , «sorpresa», de muchos peruanos de la capital clamando que los iban a mandar a reeducarse socialmente trabajando forzadamente en el campo, una mentira que según muchos la había proclamado Castillo si salía presidente. El vocero peruano más grande de esta campaña del terror venida del extranjero estuvo a cargo de un peruano que vive en Miami y que tiene un programa televisivo que es visto diariamente en Perú y que tiene muchos seguidores en Chile, Jaime Bayly, un asqueroso que utilizó su programa para demoninar totalmente a Evo Morales cuando era presidente y que proclamó a todo el mundo que Evo era un dictador y que el golpe de estado era necesario para los Bolivianos.