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Violaciones de derechos humanos en Brasil a pocas semanas de las elecciones

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Hoy, al acercarse de las elecciones en Brasil, varias organizaciones han denunciados en la ONU las violaciones de los derechos humanos en el país.

Después de unos años de covid vuelven los eventos paralelos en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza. Una ocasión por los defensores y las victimas de derechos humanos de levantar su voz adentro de la jaula de cristal que encierra el Palacio de las Naciones Unidas.

Es también la ocasión para unas organizaciones brasileñas de denunciar todas las violaciones del gobierno Bolsonaro, y los mayores desafíos de las próximas elecciones.

“Las elecciones de 2022 son cruciales porque la democracia misma está en riesgo en Brasil, ya que el sistema electoral y las instituciones democráticas están siendo atacadas sistemáticamente y sin pruebas y existen riesgos reales de cuestionamiento infundado de los resultados de las urnas al punto de generar inestabilidad democrática y violencia” denuncia Paulo Lugon Arantes, por la Comisión Arns. “Existe el temor de que haya un episodio en Brasil similar a la invasión del Capitolio en enero de 2021”.




“Bolsonaro cuestionó la credibilidad del instituto de investigación y la prensa, como una forma de reforzar las condiciones para cuestionar los resultados electorales y la denuncia de fraude”, sigue Paulo Lugon Arantes. “Bolsonaro volvió a elogiar el golpe militar de 1964: ‘Quería decir que Brasil ha pasado por momentos difíciles, pero buenos: 22, 45, 64, 16, 18 y ahora 22. La historia puede repetirse, siempre ganó lo bueno’, dijo Bolsonaro en una reunión antes del desfile militar del 7 de septiembre”.

Brasil se aleja de todas normas internacionales. La población tiene dificultad en el acceso a salud y educación, y es duramente reprimida en todas sus minorías. El Proyecto de Decreto Legislativo 177 autoriza al Presidente a denunciar el Convenio 169 de la OIT, además de haberse ya desvinculado del contenido de la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Por no hablar de las población afrodescendientes o LGBTIs.

“En 2017, el Centro para el Estudio de las Relaciones y Desigualdades Laborales – CEERT, organización que forma parte de la Coalición Negra por los Derechos y el Foro Permmente pela Egualdade Racial (Foro Permanente por la Igualdad Racial) presentó una Denuncia Internacional de Exterminio de Personas Negras Jóvenes con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ante cuatro relatorías de derechos humanos: Racismo; Pueblos Afrodescendientes; Asuntos de las Minorías; y Ejecuciones Sumarias, Arbitrarias y Extrajudiciales” denuncia Sara Branco del Centro de Estudios de Relaciones y Desigualdades Laborales – CEERT, hoy en la ONU.

La denuncia solicita que la ONU lleve a cabo investigaciones sobre el terreno para probar que los gobiernos brasileños nunca han seguido las recomendaciones del Informe del Senado Federal de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre Asesinatos de Jóvenes en Brasil, completado en 2016, luego de el ejemplo de un plan nacional de reducción de homicidios centrado en la juventud negra.

“Como ejemplo de que las violaciones persisten, en 2019, Brasil tuvo al menos 5800 personas asesinadas por la policía. De este total, el 75% son negros. No cabe duda de que estamos hablando de una de las más graves violaciones de los derechos humanos en el mundo. Lo que está en riesgo en Brasil es el simple derecho a existir de la juventud negra brasileña”, sigue Sara Branco.

Según el Informe, las investigaciones llegaron a la inevitable conclusión de que el Estado era responsable: “a partir de los informes llevados a este CPI, se hizo inevitable reconocer que el Estado brasileño ha victimizado sistemáticamente a su población joven, en su mayoría pobre y negra”. La denuncia reiterada durante décadas por el movimiento negro fue, por tanto, corroborada por el propio Estado brasileño. Se trata de un documento elaborado por el Senado Federal del país que admite categóricamente que las cifras de homicidios “revelan una verdad que no puede ser descrita con otra palabra que exterminio”.

“A un año del asesinato de la concejala negra Marielle Franco, uno de los mayores atentados a la democracia en nuestro país, hemos continuado con el exterminio sistemático de la población negra. A modo de ejemplo, en las elecciones de 2020, el 98% de las candidatas negras dijeron haber sufrido violencia política sexista, racista, homofóbica y transfóbica. Asimismo, en el estado de Río de Janeiro, solo en los primeros seis meses de 2020, noventa y nueve niños y adolescentes fueron asesinados por la PM. Además, en 2021, la ciudad fue protagonista de la mayor masacre en la historia de Río de Janeiro, ocurrida en la favela Jacarezinho, en la que murieron 28 personas durante un operativo policial prohibido en los términos de la decisión del Tribunal Supremo Federal”, continúa Sara Branco.

Durante este evento, pudo presenciar también Keila Simpson, de la Asociación Brasileña de ONGs y la Asociacion Brasileña de LGBTIs. También pudo evidenciar el problemas de malos tratos que tiene la sociedad LGBTIs en Brasil en cuanto minoría.

 

Votaciones y desafíos a largo plazo: después de una nueva Colombia, ¿podremos soñar con un nuevo Brasil?

“En lo que concierne las próximas votaciones, el sistema electoral y el voto electrónico son seguros y confiables, pero están siendo objeto de una campaña de desprestigio y sin pruebas por parte del presidente Bolsonaro, que se postulará para la reelección”, nos explica Paulo Lugon Arantes. “En julio, el presidente Bolsonaro repitió, durante un acto en el que invitó a las representaciones diplomáticas en el país, las acusaciones contra el sistema electoral que ya han sido ampliamente desmentidas por informaciones de la propia Justicia Electoral y por los organismos de control y la prensa. El TSE incluso ordenó la eliminación del video que registraba la reunión desde el aire”.

“Es fundamental que la comunidad internacional apoye la democracia brasileña reafirmando su confianza en las instituciones electorales, como el Embajador de la Unión Europea en Brasil, Ignacio Ybañez, quien dijo: ‘nosotros, como observadores, queremos que las elecciones se realicen en el mejor ambiente posible, que hay, por supuesto, respeto a las instituciones, especialmente a las instituciones electorales’; o por el embajador alemán Heiko Thoms en Brasil en un evento sobre desinformación en el STF el 3 de agosto de 2022 en el que dijo: ‘permítanme hacerlo claro que nosotros en Alemania tenemos plena confianza en las instituciones brasileñas y en la resiliencia de la democracia brasileña’”, sigue Paulo Lugon Arantes.

El desafío de estas elecciones se posiciona adentro de una América Latina en llena metamorfosis: cambios que hacen recordar un pasado de violencia, como en Chile, y que demuestran de como los jóvenes y el pueblo no está representado por su élite política actual, reajuste después de un golpe de Estado sangriento, en Bolivia, o, corte neto con el pasado, como está pasando en Colombia. Países en movimiento eterno, que siguen buscando la independencia de su gran hermano estadounidense y ojalá, la puedan lograr.

 

Elena Rusca, Ginebra, 12.09.2022

 

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Corresponsal en Ginebra

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