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UNCTAD pide un cambio en la economía global

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A medida que se desarrollan las Reuniones de Primavera del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington DC, la UNCTAD, el organismo de comercio y desarrollo de las Naciones Unidas, pide una agenda económica internacional bien más audaz de la que se ha tenido hasta el momento para evitar otras perdidas a los países en desarrollo, que enfrentan un déficit de $ 800 mil millones y niveles sin precedentes de sobreendeudamiento.

La última actualización del Informe sobre Comercio y Desarrollo de la UNCTAD, el organismo de comercio y desarrollo de las Naciones Unidas, publicada el pasado 12 de abril, muestra cuanto el crecimiento mundial sea más débil de lo esperado, lo que sugiere  y pone en evidencia una desaceleración económica continua.

Según los datos más recientes, la economía mundial creció un 3,1 % en 2022. Para muchos, el repunte sugería que era posible un aterrizaje suave en 2023 y que los problemas clave del año 2022, aumento de los precios, interrupciones en la cadena de suministro y riesgos de recesión, ya estaban abordados de manera suficiente.

Como resultado, los primeros meses de 2023 fueron vistos con optimismo por parte de los “tomadores de decisiones”, ya que parecía que la postura antiinflacionaria de los bancos centrales había marcado un camino hacia la estabilización de precios sin causar una interrupción importante del crecimiento.




El Informe sobre Comercio y Desarrollo 2022 advirtió contra ese optimismo porque se basaba en una dinámica a corto plazo.

Los problemas a largo plazo que surgieron después de la crisis financiera mundial (GFC) de 2007-09 y ganaron mayor visibilidad durante la pandemia (inversión débil, crecimiento lento de la productividad, vulnerabilidades de la cadena de suministro, altos niveles de endeudamiento) siguen vigentes.

La guerra en curso en Ucrania continúa afectando los mercados internacionales de energía, alimentos y productos básicos. Además, la inflación está demostrando ser un adversario obstinado debido a factores persistentes del lado de la oferta y márgenes de beneficio excesivos por parte de las grandes corporaciones, particularmente en los mercados de alimentos y energía.

Con la desaceleración del crecimiento mundial durante el cuarto trimestre de 2022, la economía mundial ha comenzado 2023 en un estado más frágil de lo que sugerían las cuentas optimistas. Dado que el conflicto en Ucrania continúa hasta 2023, las principales decisiones financieras, de inversión y estratégicas se ven empañadas por la incertidumbre geopolítica y los riesgos de la inseguridad económica.

El colapso del intercambio de criptomonedas FTX en noviembre de 2022 y una serie de quiebras bancarias en Europa y Estados Unidos en marzo de 2023 plantean el espectro del contagio financiero en una economía que ya se está desacelerando.

La profundidad de estas tensiones financieras y el tiempo determinarán si las economías avanzadas volverán a caer en recesión en 2023.

De momento, con los desafíos a largo plazo sin abordar, se espera que el crecimiento se desacelere a 2,1% en 2023. Esto podría poner al mundo en una ruta de recesión siempre más grande.

Las acciones concertadas de los gobiernos a principios de 2023 y la reacción inicial de los mercados sugieren que esto aún es evitable. Sin embargo, el margen de maniobra puede verse limitado debido a los elevados niveles de deuda soberana que no se veían desde la crisis financiera mundial, la expansión de los balances de los bancos centrales y el crecimiento del gran sistema bancario paralelo no regulado.

Con la era del crédito barato llegando a su fin en un momento de “policrisis” y crecientes tensiones geopolíticas, no se puede descartar el riesgo de calamidades sistémicas. El daño a los países en desarrollo por conmociones imprevistas, particularmente donde el endeudamiento ya es una fuente de angustia, será grave y duradero.

Sin el tipo de red de seguridad financiera que disfrutan los actores privados en las economías avanzadas, el próximo año será desafiante incluso para aquellos países en desarrollo que no se encuentran en una situación de emergencia inmediata. En este sentido, es probable que aumenten las desigualdades, tanto dentro como entre países, que surgieron con la recuperación desigual de la pandemia. Los paquetes de apoyo financiero y rescate para los prestamistas en quiebra y las líneas de intercambio mejoradas en las economías avanzadas reducen la amenaza de un colapso financiero al ofrecer un refugio más seguro frente a la turbulencia financiera. Pero inclinarán aún más la escala de los flujos financieros a favor de las economías avanzadas, además de beneficiar a las instituciones financieras más grandes dentro de sus propios mercados.

 

Bancos y equilibrio mundial

Al momento que este Informe fue llevado a la imprenta, los mercados financieros se ven sacudidos por temores de contagio, luego de una serie de quiebras bancarias y cuasi colapsos en Europa y Estados Unidos en las dos primeras semanas de marzo de 2023. Mientras tanto, los valores de las acciones en todo el sector bancario en ambos lados del Atlántico han seguido cayendo y persiste una mayor sensación de ansiedad de los inversores.

En Estados Unidos, los depositantes de dos prestamistas regionales, Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, fueron rescatados mediante una combinación de apoyo gubernamental e inyección de liquidez de otros bancos.

En Suiza, el gobierno se apresuró a llevar a cabo una importante fusión de rescate que llevó la UBS a la adquisición de su antiguo rival Credit Suisse por 3.500 millones de euros.

Seis importantes bancos centrales de las economías avanzadas, incluida la Reserva Federal de los Estados Unidos, el BCE, el Banco de Inglaterra, el Banco Nacional Suizo, el Banco de Japón y el Banco de Canadá, emitieron una declaración conjunta sobre 19 de marzo de 2023 anunciando que lanzarían una serie de operaciones para poner financiación a disposición del mercado a través de líneas de permuta permanente.

El hecho de que los bancos, incluidos los principales prestamistas regionales, así como una institución sistémicamente importante como Credit Suisse, necesiten ser rescatados nuevamente, no significa necesariamente que se repita la crisis de 2007–09. Pero hay motivos que riman: una cascada de riesgos no detectados, interconexiones desconocidas dentro de las estructuras bancarias y el crecimiento de un sistema bancario en la sombra no regulado de facto.

La mala gobernanza financiera, así como la propia idea de que los mercados financieros se autorregulan, amplificó esos riesgos, cuyas consecuencias persisten hasta el día de hoy.

Los formuladores de políticas hoy en día están mejor preparados que antes para abordar las señales de problemas y dificultades del mercado en instituciones individuales, y el sistema financiero, parte del cual está regulado con miras a preocupaciones sistémicas y macroprudenciales, es más sólido, pero, todavía hay motivos para preocuparse.

La implementación real de las regulaciones financieras posteriores a 2009 ha dejado las partes no bancarias del sistema financiero fuera del área de supervisión sistémica. La década de expansión cuantitativa (QE) y tasas de interés ultra bajas ha contribuido a la inflación de activos, nuevos riesgos y distorsiones del mercado de capitales. En el entorno global actual de mayor incertidumbre, mayor inflación y volatilidad del mercado, tales riesgos pueden repercutir en el sistema de nuevas formas.

Es importante destacar que, si bien las quiebras de bancos individuales no necesariamente presagian una crisis financiera más amplia, la inversión de la curva de rendimiento plantea serios riesgos para los balances de las instituciones financieras, como sucedió en 2007.

A medida que los inversionistas trasladan capital a activos estadounidenses en busca de seguridad en medio de la incertidumbre político-económica mundial, existe una fuerte presión a la baja sobre los rendimientos a largo plazo en el país. En tiempos de incertidumbre mundial, hay escasez de activos seguros y los inversores tienden a acumular bonos del Tesoro de los Estados Unidos (en adelante, bonos del Tesoro), lo que obliga a bajar el rendimiento. A medida que la política monetaria se endurece, las tasas a corto plazo aumentan, las curvas de rendimiento se invierten y las dificultades en los balances pueden extenderse en cascada por todo el sistema, amenazando con una crisis más amplia.

Las dificultades financieras de los países en desarrollo y las instituciones financieras privadas de los países desarrollados, acentuadas por el aumento de los costos de endeudamiento, pueden desencadenar una crisis que puede extenderse a la economía real a través de sectores altamente apalancados, como las sociedades no financieras y el sector inmobiliario.

Si los bancos centrales de los países desarrollados continúan aumentando las tasas de política, aumentarán las pérdidas para los tenedores de bonos existentes, al igual que la carga financiera para los países en desarrollo que enfrentan la amenaza de la fuga de capitales y la caída de la moneda mientras buscan refinanciar sus deudas.

En los países desarrollados, la política fiscal en 2022 se redujo más gradualmente de lo anticipado, probablemente en respuesta a las preocupaciones de que el ajuste monetario ahogaría la demanda rápidamente y para amortiguar la crisis energética en el otoño. De hecho, el consumo de los hogares se contrajo en la mayoría de las grandes economías, ya que los salarios reales se estancaron o disminuyeron, pero la inversión empresarial se mantuvo. En 2023, se espera que el impacto combinado de las tasas de interés más altas y los altos precios de la energía empeore aún más la situación, que la inversión empresarial se ralentice aún más o se contraiga en respuesta, como ya se ha visto en el sector inmobiliario, al debilitamiento de la demanda agregada.

En muchos países en desarrollo, el espacio fiscal y la orientación fiscal general siguen siendo inestables, ya que las condiciones financieras externas hacen que los costos del servicio de la deuda sean más difíciles de anticipar, mientras que la caída de los precios de las materias primas pone fin a los ingresos adicionales para los exportadores.

En general, si por los países desarrollado se esperan una crisis, por los países en desarrollo se espera una crisis de un tamaño aún superior: se espera que se haga una presión sobre los países en desarrollo para que reduzcan los déficits fiscales, mientras que su papel en las cadenas de valor mundiales ya se ve afectado por la relocalización estratégica y la “localización de amigos” en la cambiante situación geopolítica.

Aunque el crecimiento anual del comercio mundial fue positivo el año pasado, mensualmente, el comercio internacional experimentó patrones decrecientes en todos los ámbitos durante la segunda mitad de 2022 y especialmente durante el último trimestre. En términos de volumen, el comercio mundial cayó un 2 % durante el cuarto trimestre de 2022, mientras que en términos de dólares, la caída fue casi el doble de esta tasa, porque los precios de las materias primas clave continuaron retrocediendo desde su punto máximo del segundo trimestre.

Esta tendencia a la baja se debió en parte a las difíciles condiciones de suministro debido a la delicada situación de COVID-19 en China, que también se extendió a sus socios comerciales vecinos, antes de que el país comenzara a relajar sus restricciones pandémicas. Además, los fabricantes y distribuidores de todo el mundo intentaron reducir el exceso de inventario después de realizar pedidos excesivos debido a las interrupciones de la cadena de suministro en 2020 y 2021.

El producto interno bruto en los Estados Unidos se expandió un 2,1 % en 2022, cerca de la estimación anterior del 1,9 % (TDR, 2022). Para 2023, se espera que el crecimiento se reduzca a más de la mitad. Esta cifra es inferior a la prevista en septiembre pasado, en el supuesto de que la contracción del crédito derivada del aumento de los riesgos financieros no se compensará por completo con una interrupción antes de lo esperado del ajuste monetario. Todavía podría surgir una posible ventaja de las mejoras más fuertes en el sector de la construcción en la segunda mitad del año.

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Elena Rusca

Periodista, corresponsal en Ginebra

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  1. Si. Sra. Rusca, todo es muy oscuro en estos días aciagos
    La economía MUNDIAL está en «»»grave peligro»»» y muy
    próxima al colapso. Es cierto y seguro en este mundo infeliz
    en que se vive y muere también. Ud lo dice claro.. Pero..
    en fin, son cosas del destino y no del intestino…?

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