Política Global

Repudio mundial al golpe de estado en Myanmar; EE.UU. dice que habrá represalias

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La comunidad internacional rechazó ayer el golpe de Estado perpetrado por el ejército de Myanmar contra el gobierno democráticamente electo de Aung San Suu Kyi, quien fue detenida junto con otros líderes de su partido Liga Nacional para la Democracia (LND).

Los militares argumentaron que llevaron a cabo los arrestos en respuesta a un fraude electoral, entregando el poder a su jefe, el general Min Aung Hlaing, e imponiendo el estado de emergencia durante un año, según un comunicado emitido a través de un canal de televisión propiedad del ejército.

El partido de la Nobel de la Paz Suu Kyi anunció que su líder llamó a la población a protestar contra la toma del poder por los militares.

La asonada pone fin a años de esfuerzos respaldados por Occidente para establecer una democracia en Myanmar, antes Birmania, donde la vecina China tiene una poderosa influencia.




La comunidad internacional debe unirse en una sola voz para presionar a los militares birmanos a renunciar inmediatamente, sostuvo el presidente estadunidense, Joe Biden, en un comunicado.

Estados Unidos eliminó las sanciones contra Birmania durante la última década basándose en el avance hacia la democracia, señaló el texto, en el cual el mandatario advirtió que puede revertir el levantamiento de sanciones.

China llamó a todas las partes a solucionar sus diferendos en el orden legal y constitucional.

Antonio Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas, condenó la acción castrense.

Boris Johnson, primer ministro británico, condenó el golpe y exigió la liberación de los dirigentes civiles.

La Unión Europea, Francia Dinamarca, Noruega, India, Australia, Singapur, Japón, Canadá, Argentina y Bolivia, repudiaron el golpe.

Tailandia, donde una protesta contra el golpe se saldó con dos heridos, señaló que sigue con atención lo que sucede en Myanmar.

Nepal también fue escenario de protestas.

Los generales asestaron el golpe horas antes de que el Parlamento se reuniera por primera vez desde la abrumadora victoria de la LND en los comicios del 8 de noviembre, consideradas un referendo sobre las discutidas credenciales democráticas del gobierno de Suu Kyi.

Las conexiones telefónicas y por Internet en la capital Naypyidó, y en Rangún, el principal centro comercial del país, fueron interrumpidas y la televisión estatal suspendió sus emisiones tras la detención de los líderes de la LND.

El ejército resumió una reunión de la nueva junta con el anuncio de que Min Aung Hlaing prometió practicar un sistema democrático multipartidista que haga florecer de forma genuina la disciplina. Asimismo, prometió elecciones libres y justas, así como una entrega del poder al partido ganador, sin aportar un calendario.

Soldados y policías antidisturbios estaban desplegados en Rangún, donde los residentes acudían a los mercados para conseguir suministros y otros hacían fila en cajeros automáticos para sacar dinero. Los bancos suspendieron actividades debido a las malas conexiones por Internet, pero aseguraron que reabrirían hoy.

Firmas extranjeras como el gigante minorista japonés Aeon, la surcoreana Posco International y la noruega Telenor intentaban contactar a su personal para evaluar la situación.

Las multinacionales llegaron al país después de que el partido de Suu Kyi estableció en 2015 el primer gobierno civil en medio siglo, aunque la persecución de la minoría musulmana Rohinyá generó dudas en algunos inversionistas.

Suu Kyi, de 75 años, llegó al poder tras la celebración de elecciones en 2015 luego de haber permanecido por décadas en arresto domiciliario por su lucha contra los militares que tomaron el poder en un golpe en 1962 y que reprimieron la disidencia durante años.

Aunque mantiene gran popularidad en su país, el prestigio mundial de la premio Nobel se vio muy dañado después de que no hizo nada por detener la expulsión de cientos de miles de musulmanes de Rohinyá en 2017.

Las detenciones de los líderes de la LND se dieron tras varios días de tensión entre el gobierno civil y los militares luego de los comicios en los que el partido de Suu Kyi logró 83 por ciento de sufragios.

Un golpe pondría a Myanmar de vuelta bajo una dictadura, señaló un comunicado publicado Facebook citando a Suu Kyi.

Insto a la gente a que no acepte esto, a que responda y proteste con todo contra el golpe militar, añade el texto. La agencia de noticias Reuters no pudo contactar a funcionarios de la LND para confirmar la autenticidad del comunicado.

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