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Hablemos de Ciudad Justa

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Esta semana en que la Cámara Chilena de la Construcción anuncia el comienzo de su 10ª Conferencia Internacional de Ciudad y la historia de Chile comienza a reescribirse, dialoguemos entonces sobre Ciudad Justa.

De forma inconsulta y unilateral, a espaldas de la ciudadanía, de los barrios y de su gente. Así es como se da luz verde a los proyectos inmobiliarios en comunas como Providencia, Quinta Normal y Estación Central. Han invadido nuestros espacios, mermado nuestra calidad de vida, afectado nuestra salud y alterado nuestra ecología social. Infringen horarios de trabajos, normas de emisión de ruidos, y normas de derecho público y buscan protección detrás de autoridades ausentes, erigiendo como defensa de todo su actuar ilegal, permisos de edificación cada vez más cuestionados, que no son invalidados sino hasta que un órgano central como Contraloría emite su opinión. Basta recordar el reciente dictamen de órgano Contralor No. 37.486 que dictaminó como mal otorgado el Permiso de Edificación No. 35/19 de 09.10.19, a través del cual se daba visto bueno para la construcción de dos torres de 295 viviendas de 32 pisos en terreno del Hotel Sheraton y en que las vecinas y vecinos de Pedro de Valdivia Norte ejercieron una defensa activa de su barrio.

Actualmente se demuele la ex Clínica Servet y bajo el asedio de proyecto Edificio Pastene, la demolición del edificio más alto en Chile, hoy somos las vecinas y vecinos del barrio antiguo Manuel Montt Norte, quienes a través de esta publicación denunciamos las mentiras, el acoso, la violencia simbólica, la invasión y prepotencia de un proyecto que afecta derechos humanos de primer orden, tales como una salud íntegra y un Medio Ambiente libre de contaminación.

Como comunidad tomamos conocimiento de la demolición solo con la llegada de las máquinas de la empresa Flesan al terreno en cuestión. Dos días después se presentan ante la comunidad representantes del proyecto, arguyendo ser parte del proyecto Revive Tu Barrio y denegando toda información respecto a la titularidad de la propiedad del proyecto. Dicho programa tiene por objeto la revitalización barrial apoyando a pequeñas y medianas empresas y no proyectos inmobiliarios de 19 pisos de altura, 7 pisos subterráneos y 42,026 m2. Y es que queremos destacar que la actitud mentirosa está presente desde el primer momento en que arriban al barrio, ellos no son evidentemente parte de Revive Tu Barrio. Dos semanas después asistimos a una reunión informativa del proyecto a la que también es invitada la Municipalidad, cuya única intervención fue agradecer a la empresa por “acercarse a los vecinos”. Manifestamos con énfasis la oposición a un proyecto que pretende doblar en altura al más alto de un barrio ya contaminado por la construcción de un hotel Diego de Almagro, de propiedad de Comercial Successo Limitada (inmediatamente colindante a la demolición) en que desde el año 2019 denunciamos ruidos estridentes que llegan a 82 decibeles (65 db es el máximo permitido por el DS 38/11), con generadores que emiten ruidos inclusive durante las noches y en que la Superintendencia del Medio Ambiente decidió formular cargos recién este año. Pese a eso, Edificio Pastene comunica sus jornadas de trabajo para inclusive los días sábados. Acto seguido, y sin nuestro consentimiento, capturan una imagen de la reunión llevada a cabo por zoom y la suben a su página bajo la falacia del “Sigamos avanzando juntos”, solicitando en sus reuniones “empatía” con su proyecto.




En ese escenario, durante plena fase 1, es decir, en casa bajo sanción de delito del 318 del Código Penal, con 80 decibeles de ruido de nuestros hogares (la mayoría sin vidrio termopanel) y con ahora una demolición en curso, viendo seriamente afectada nuestra salud y la dinámica de nuestros hogares, se originaron los grupos en whatssap de vecinas y vecinos indignados. Como organización civil organizada durante abril de este año presentamos un recurso de protección que buscaba limitar los horarios de trabajo de estas faenas. Solo después de la notificación de este recurso un representante de Edificio Pastene se comunica con nosotras para ofrecer como medida de mitigación instalación de vidrios termopaneles. Y es que el actuar irresponsable de la Municipalidad, nos deja como única vía forzada para obligar a escucharnos los Tribunales de Justicia. Repito, no existen más instancias de conversación previas. Dicho ofrecimiento voluntario al día de hoy no se ha materializado y a cambio de ello Edificio Pastene condiciona la mitigación del daño que ellos mismos nos han producido a la firma de un acta redactada por sus abogados que busca entre otras cosas que como comunidad reconozcamos que Proyecto Edificio Pastene protege nuestro Medio Ambiente y salud y que cualquier objeción con el proyecto debe ser previamente conversada con ellos antes de ser denunciada. Nada más cercano a las historias de películas animadas.

Pero las irregularidades no terminan aquí. Y es que los actos que revisten de legalidad el actuar de este proyecto esto es, Permiso de Obras de Demolición No 272/20 de fecha 14.12.2020, y Permiso de Edificación No 8/21 de fecha 08.03.2021, cuyo solicitante en calidad de propietario es Compañía de Seguros Confuturo S.A., Rut No 96.571.890-7, habría sido otorgados a quien no es propietario. Justamente por dichos motivos, la compañía aludida indica en el recurso de protección interpuesto no poseer información alguna sobre los hechos que fundan el recurso. Bien sabido es que en el ámbito del derecho público se permite efectuar solo aquello que la ley permite y no otra cosa ¿por qué entonces la DOM de Providencia otorga permisos de edificación a quien no es el propietario del terreno? ¿se toleran esos “detalles” porque las DOM decidieron practicar la empatía con las formas de financiamiento del sector inmobiliario, sus leaseback y demás acuerdos contractuales? ¿por qué los dueños o representantes de proyectos inmobiliarios apelan a la empatía de los y las Defensoras de la Ciudad solicitando que retiren sus denuncias?

Hoy y con actos administrativos cuestionados dicho proyecto se da el lujo de enviar comunicados a vecinas y vecinos comunicando sus trabajos antes del horario permitido por la ordenanza municipal No. 720 que regula la actividad de la construcción, frente a la más inerte acción de la Municipalidad, a quienes ya se ha solicitado reducción de los horarios de trabajo, respondiendo con negativas con tiempos que superan un mes en tiempos en que familias convivimos con ruidos que llegan a 80 decibeles durante las 10 horas de la jornada diaria.

Sabemos que no somos las únicas/únicos. En el barrio de Francisco Noguera han sido testigos de la ocupación de sus calles con vehículos de inmobiliarias y destrucción indolente de los árboles que componen parte de la ecología social del lugar. En el barrio Matilde Salamanca y su plaza llena de niñas, niños, deportistas, perros y sus humanes comienzan a aparecer al menos dos proyectos que amenazan la ecología del espacio público y su entorno. Para que decir Andrés Bello y las casas antiguas desocupadas con carteles de Flesan, expertos en demolición.

Las inmobiliarias, depredadoras voraces de la Ciudad, se escudan actualmente detrás de un decreto (norma de rango ordinario) otorgada por un Ejecutivo deslegitimado y actos administrativos cuestionados – emitidos inconsulta y unilateralmente reitero -, vulnerando así garantías constitucionales precedidas de luchas históricas y transformando a cualquiera que reclame, un marginado de la normatividad. Un rubro que amenaza con incluso conseguir la extensión de su jornada diaria, la contaminación en la ciudad que no se detiene ni restringe, a pesar de la permanente restricción vehicular y con la sombra del ecocidio sobre la humanidad, que ya comienza a tipificarlo como delito de competencia de la Corte Penal Internacional.

Con cada intento de comunicación con la prensa Edificio Pastene nos hostiga amenazando con eliminar la mitigación de vidrios termopaneles, los que para algunos edificios con administraciones más benevolentes alcanzan apenas un par de ventanas por departamento. Solo lo justo y necesario, ni un poco más y con llamadas telefónicas – por lo menos a quien suscribe esta publicación -, por cada comentario o referencia efectuado en redes sociales que aluda a su proyecto.

Nuestro barrio se compone en su mayoría de edificios aproximadamente de los años setenta. Existe una alta población de tercera edad luchando por vivir con dignidad a pesar de sus pensiones, mujeres y hombres compatibilizando trabajo, familia y tareas domésticas en casa mucho más que en sus oficinas, animales, abundante vitamina D y un Parque Metropolitano con el que nos sentimos afortunadas de convivir, y cuya vista luchamos por conservar. Estos proyectos inmobiliarios nos han mentido, han afectado nuestro sueño y descansos, nuestras rutinas, la tranquilidad de nuestros hogares, nos hostigan, contaminan, pisotean y denigran. No respetan la estética del entorno, y para que decir su arquitectura vulgar de mercado que no contempla un ápice de vegetación.

Depredan, invaden, ocupan nuestros espacios con sus vehículos, nos contaminan y hostigan. Se hacen paso de forma prepotente, con estrategias abusivas, mentiras y amenazas. No se diferencian del actuar denunciado por las forestales en la Araucanía y disfrazan sus ganancias con el falso disfraz del “desarrollo” en Chile.

Para hablar de Ciudad Justa primero hay que respetar principios democráticos por sobre el contrato con el mandante y aprender a controlar el vulgar apetito por las utilidades.

 

Por María Francisca Cisternas Ramos

 

 

 

 

 

 

 

 

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Vecina barrio antiguo Manuel Montt Norte Abogada por la Defensa de la Ciudad @mariacisternasr

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