Crónicas de un país anormal

Nuevas relaciones entre Chile y Perú

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El Perú está pagando el precio de un sistema político catastrófico: no en vano, todos los Presidentes de este país están sumariados y, uno de ellos decidió suicidarse ante de ser tomado preso. Las empresas brasileras usaron y abusaron de la compra políticos corruptos con el fin de ganar licitaciones para sus negocios, y abarcó la mayoría de los países de América Latina, (Perú, Colombia, Argentina Chile, Ecuador…), empresas que tenían la habilidad de apostar a todos candidatos que tuvieran posibilidad de ser elegidos como Presidentes de sus países. Odebrecht y OAS, por ejemplo, contaban con sendas cajas especiales  para el pago del cohecho y, además, en algunos países del área, instalaban su propio delegado, quien tenía como función la entrega de los dineros enviados desde Brasil, así como la supervisión y el control de la marcha de estas operaciones.

La política brasilera es una de las más corruptas de América Latina: en el fondo, funciona sobre la base del cohecho, la compra y venta de congresistas, ministros y Presidentes de la República, y los partidos políticos brasileros funcionan movidos por la corrupción. Era muy difícil mantenerse en el poder sin alianzas, que consistían en verdaderos negocios. El Partido de los Trabajadores, liderado por Luiz Inácio Lula da Silva fue, económicamente, muy poderoso: Brasil, en tiempos de Lula, era la primera potencia de América del Sur y, además, prometía la superación del analfabetismo y la pobreza, que logró en mayor medida durante su gobierno.

Con el tiempo, la situación comenzó a cambiar y la hegemonía de Brasil dentro los países latinoamericanos empezó a menguar, bajando el valor de su moneda, el Real, respecto al Dólar, así como el aumento de la pobreza y el desempleo; ya Brasil no era el paraíso en el concurso de naciones. El gobierno de Dilma Rousseff, sucesora de Lula da Silva, tuvo que afrontar varias huelgas y manifestaciones de un pueblo que reclamaba los privilegios de una clase media emergente, que estaba perdiendo su poder adquisitivo.

Dentro de los países latinoamericanos, fue Perú, uno de los más ricos en minerales de América Latina, el que pagó más caro el cohecho por parte de las empresas brasileras. Durante el primer gobierno de Alán García Perú tuvo una hiperinflación, ocasionando un endeudamiento sin límites con acreedores, entre ellos, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y, a su vez, el grupo alzado en armas, Sendero Luminoso, y otras guerrillas menores plantearon, en la práctica, una guerra a muerte en Los Andes y La Sierra, hasta alcanzar la ciudad capital, Lima.




Inesperadamente, al Presidente García le sucedió en el gobierno un rector de una universidad desconocida, Alberto Fujimori, que entregó a Perú al FMI y, además, declaró la guerra a Sendero Luminoso, con la consecuente violación a los derechos humanos, (nada más parecido a los peruanos que los “hijos del sol naciente”). La combinación Fujimori-Montecinos, dos grandes sinvergüenzas y carentes de toda moral, urdieron los famosos “vladivideos”, donde se rebela la compra de empresarios y parlamentarios para sus fines personales de poder. Fujimori cerró el Congreso y gobernó como dictador y, posteriormente, ideó la redacción de la Constitución de 1993, que rige hasta hoy.

Todos los Presidentes sucesores de Fujimori están en juicio  por corrupción; en un período de los últimos cuatro años, tres Presidentes fueron vacados y el Congreso fue cerrado nuevamente por el Presidente Martín Vizcarra, que también fue vacado.

A pesar del monstruoso sistema político peruano, ha habido una relación económica expedita y bastante favorable para Chile: los dos principales productores de cobre en el mundo, Perú y Chile, ocupan, parte junto con Bolivia y Argentina  el primer lugar como poseedores de litio en el mundo. Además, las empresas y tiendas chilenas tienen sus filiales en Perú, (Falabella, Ripley, Home Center, Jumbo…).

Las relaciones comerciales de Chile con Perú vienen desde el virreinato, incluso, se temió que Lord Cochrane, con dinero chileno, se apropiara del sur de Perú. Muchos de los Presidentes chilenos y peruanos tenían negocios en los dos países: Mariano Pardo, por ejemplo, era dueño de las minas chilenas de cobre, así como de un Banco en Valparaíso y, a su vez, el ministro Chile, Diego Portales, se enriqueció, por el estanco del tabaco, en Perú.

En la segunda vuelta en las últimas elecciones presidenciales peruanas muchos empresarios chilenos experimentaron temor ante el triunfo de Pedro Castillo, pero Sebastián Piñera, Presidente de Chile – como siempre “previsivo” – tuvo una cita privada con el andino peruano, el día de la transmisión de mando, el 28 de julio de 2021.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

10/08/2021

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Historiador y cronista

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