Presidenciales 2021

Reculó

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José Antonio Kast, al sentirse repudiado en varios frentes, decidió recular. Es decir, echar el culo hacia atrás. El diccionario, comedido en esta definición clásica, habla de “Ceder uno de su dictamen u opinión. Cejar o retroceder”. El candidato de la oligarquía, al verse apabullado, mientras comprueba que sus adherentes de circunstancia lo abandonan, cambió de opinión. El borrego, que sufraga observando al candidato de turno, pues le impresiona de cómo viste y habla, ahora cuestiona al futre. En la adusta y agria expresión de J. A. Kast de hace semanas, como guardián de una ciudadela, ahora emerge la bondad. Ha decido imitar la sonrisa del actor que hace propaganda a una pasta de dientes. O de quien ofrece un champú para la caspa o un ungüento para la diabetes. En su frente, sin embargo, las arrugas hablan de un personaje nebuloso. Si antes hablaba de eliminar el Ministerio de la Mujer, o reducirlo a la inoperancia, hoy su desatada pasión feminista, sorprende a media humanidad. La chapa de llamarse cristiano y padre ejemplar, le ayuda en esta nueva cruzada, al cambiar de giro comercial.

¿De dónde emerge el contagio, la nueva visión a días del balotaje? ¿Acaso se asustó del ómicron o de la malquerencia de las mujeres? ¿Imaginó la derrota del 19 de diciembre, al ver los últimos sondeos de opinión? En relación a Codelco, magnífica presa de caza mayor —se habla de elefantes y no de liebres— que la deseaba obsequiar a sus patrones financistas, dejó de ser prioridad. Esperar es la consigna en estos días turbulentos, pues la oligarquía debe hacer apetito, y continuar engullendo las riquezas del país. Quien llega primero al banquete, llámese agua, litio, cobre o forestales, tiene derecho a comer filete; y las sobras, si quedan, para los patipelados, venidos de América Latina.

Este aventajado alumno de la dictadura, propone bajar la carga tributaria en la medida de lo posible. ¿De quiénes? En paralelo, reducir el tamaño del Estado y hacerlo austero, y así, habrá más recursos destinados al gasto social. ¡Aleluya! Dicho en buen castellano, no se tocarán las fortunas de los dueños de Chile y este mayor impuesto, recaerá en los de siempre. Si José Antonio Kast es tan admirador del capitalismo, debería aplicar iguales impuestos que se pagan en países como USA, Inglaterra y Alemania, por ejemplo. ¿Cómo hacerle entender, que el estado somos todos nosotros, la casa grande donde se alberga la familia? Su responsabilidad es dar educación gratuita, cultura, salud y colaborar en la vivienda digna. Proteger a la niñez como principal objetivo. Es decir, crear el concepto de solidaridad y erradicar el individualismo, tan admirado por la oligarquía.

La candidatura de esta derecha infeliz, mil veces acicalada, sometida a cirugías de belleza, incluida dietas para reducir el colesterol, empieza a dar tumbos. Al olfatear la derrota, acaba de invitar a Chile, a un tal Pablo Casado, líder español de los franquistas. Viene dentro de un sarcófago. Se va a reunir en un banquete, con las melancólicas viudas de Pinochet, encabezadas por Sebastián Piñera y José Antonio Kast. Se sabe que Sebastián Sichel, aun mareado por la derrota y el desaire de sus patrones, organizará el gaudeamus. A cargo de la animación artística y el cotillón, se encuentra el diputado von Káiser.




Este lenguaraz se ha ganado una reputación, cuyos chascarros, desatada verborrea, delirios y agudeza lingüística, le han dado prestigio internacional. Muchos opinan que, podría ocupar el Ministerio de la Cultura, en el eventual gobierno de su paisano Kast. Siempre que no sea eliminado (el ministerio, no von Káiser) y a cambio, se cree el Ministerio de la Farándula. En estos días llegó el venezolano Leopoldo López a nuestro país, contratado para suministrarle a José Antonio Kast, la Santa Extremaunción. Bien puede ser ficción a la hora del análisis, aunque ayuda a soñar.

 

Por Walter Garib

 

 

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