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COP27: entre acosos y abandono de utopías, ¿cuál es el futuro que queremos construir?

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El balance de una COP muy controvertida la de Egipto. Mientras el mundo se aleja del mito de mantener el calentamiento climático a 1,5°, varios expertos de la ONU[1] han denunciado las amenazas, el acoso y la vigilancia de la cual los activistas climáticos y la sociedad civil han sido objeto durante la cumbre climática COP27 en Sharm-el-Sheikh, instando a las autoridades egipcias a garantizar su seguridad y plena participación.

La cumbre climática COP27 tuvo lugar en Sharm-el Sheikh, Egipto, del 6 al 18 de noviembre. Las negociaciones climáticas de la COP27 establecieron un fondo para que los países en desarrollo eviten, minimicen y aborden las pérdidas y los daños asociados con los efectos adversos del cambio climático.

Esto representa un importante paso adelante en la lucha global contra la emergencia climática. Sin embargo, muchos siguen siendo los desafíos a enfrentar para evitar escenarios catastróficos.

El apoyo a los países en desarrollo, que, además, son los que menos contribuyen al calentamiento global, pero que soportan la peor parte de sus peores efectos, se ha retrasado mucho. Además, los países desarrollados deben dar un paso adelante en el compromiso que han hecho de proporcionar 100 mil millones de dólares anuales a las naciones más pobres para financiar la acción climática.




Es ilógico financiar las consecuencias irreversibles del cambio climático sin una inversión significativa en las medidas de adaptación y mitigación que los países en desarrollo necesitan para abordar las causas subyacentes.

54 economías en desarrollo, el 40 por ciento de todos los países de ingresos bajos y medianos, actualmente sufren graves problemas de deuda, lo que limita fuertemente su capacidad para tomar medidas climáticas decisivas e invertir en la economía verde global.

No hay forma de evitarlo, y se necesitaría a ese efecto compromisos que se cumplan. Necesitaríamos inversiones financieras sin más demora para tener el impacto a la escala y velocidad que se necesita.

Aunque siga el lema de limitar el calentamiento global a los 1,5 ° C, eso es realísticamente imposible. Imposible porque, a pesar de querer ayudar a los países en desarrollo, ninguna potencia quiere hacer el esfuerzo de disminuir sus gastos energéticos, la actividad de sus empresas, su contaminación. La energía limpia y sostenible, al parecer una solución para limitar los desgastes, se transforma siempre más en otra opción de lucro.

 

La COP se va a Canadá

En unas pocas semanas, la comunidad mundial se reunirá en la COP de Biodiversidad COP15 en Canadá para forjar un acuerdo para proteger la naturaleza que, al igual que nuestro clima, se encuentra en estado de emergencia. Las crisis climática y de la naturaleza están íntimamente ligadas: no se puede avanzar en una sin progresar en la otra. Entre estos dos conjuntos de negociaciones, nos encontramos en un momento crítico en el que tomamos decisiones que tendrán efectos profundos en las próximas décadas y siglos.

La ciencia sobre el cambio climático es clara. Conocemos el problema y conocemos las soluciones. Tenemos las herramientas y el conocimiento que necesitamos para proteger nuestro planeta para las generaciones futuras. Talvez, los que nos falta, es la voluntad.

La intimidación hacía la sociedad civil en Egipto durante la COP27 es, talvez, un ejemplo flagrante de eso.

 

Acoso a la sociedad civil

“Estamos profundamente preocupados por los actos denunciados de hostigamiento e intimidación por parte de funcionarios egipcios, que infringen los derechos de los defensores de los derechos humanos y del medio ambiente egipcios y no egipcios en la COP27, incluidos sus derechos a la libertad de reunión pacífica, expresión y participación efectiva”, dijo el dijeron los expertos.

“Egipto debe poner fin a todos los actos de acoso e intimidación y garantizar la seguridad y la plena participación de los defensores de los derechos humanos y la sociedad civil en la Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y más allá”.

Los expertos emitieron un comunicado de prensa el mes pasado, planteando preocupaciones en el período previo a la COP27 y pidiendo la participación plena y segura de los actores de la sociedad civil y los defensores de los derechos humanos sin represalias.

Sin embargo, los expertos recibieron múltiples informes y pruebas de agentes de la sociedad civil, incluidos los pueblos indígenas, detenidos e interrogados por agentes de seguridad egipcios y personal de apoyo y seguridad local que monitoreaba y fotografiaba repetidamente a los agentes de la sociedad civil dentro de la sede de la COP27. A un defensor de derechos humanos que asistiría a la COP27 también se le negó la entrada al país, dijeron los expertos.

“Nos preocupa que estas acciones de las autoridades egipcias tengan un efecto paralizador, afectando a amplios segmentos de la sociedad civil que participan en la COP27, ya que muchos grupos han expresado su preocupación por la necesidad de autocensurarse para garantizar su seguridad”, dijeron.

Los expertos recibieron informes de activistas que fueron objeto de interrogatorios intrusivos en el aeropuerto al ingresar a Egipto, lo que generó preocupaciones de que la información recopilada sobre las actividades de las organizaciones de la sociedad civil durante la COP27 podría ser mal utilizada.

También expresaron su preocupación de que una vez que el centro de atención se desplace de Egipto al concluir la COP27, los defensores de los derechos humanos egipcios podrían ser atacados y correr el riesgo de sufrir represalias por su participación durante la Conferencia.

“Hacemos un llamado a Egipto para que ponga fin de inmediato al acoso y la intimidación, garantice los derechos a la participación, la libertad de expresión y de reunión pacífica en la COP27, y se abstenga de tomar represalias contra la sociedad civil, los defensores de los derechos humanos y los representantes de los pueblos indígenas que asistieron a la COP27”, dijo el dijeron los expertos.

 

[1] Los expertos: Mary Lawlor, Relatora Especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos; el Sr. Clément Nyaletsossi Voule, Relator Especial sobre los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación; Fionnuala Ní Aoláin, Relatora Especial sobre la promoción y protección de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo; David Boyd, Relator Especial sobre derechos humanos y medio ambiente

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Elena Rusca

Periodista, corresponsal en Ginebra

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