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La responsabilidad de Colo Colo en la formación de Jordhy Thompson

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 45 segundos

La violencia en el pololeo vuelve a ocupar titulares en los medios de comunicación. El hecho hubiera pasado ignorado, como ocurre en la gran mayoría de los casos de violencia en el pololeo, si no fuera porque el victimario es jugador Colo Colo, además de ser uno de los buenos del equipo.

Jordy Thompson fue detenido y permanecerá en prisión preventiva, imputado por homicidio frustrado en contra de su polola Camila Sepúlveda. No es primera vez, ya había sido denunciado por ella en marzo pasado generando una orden de alejamiento.

Más allá de la responsabilidad personal de Jordhi Thompson, también hay una responsabilidad institucional del club. Como bien dijo el “King” Arturo Vidal, el fútbol es mucho más que pegarle a una pelota. Los clubes de fútbol ponen el foco en el fútbol y no en la persona.

Hay un desprecio por la persona en una mirada de corto plazo, en la que es más importante el partido del próximo fin de semana que una formación integral, deportiva, social, psicológica, económica y ética. ¿Cuánto le costará al club la detención preventiva por al menos 45 días que dure la investigación?




La institución Colo Colo, su equipo técnico y directivo supieron de la agresión de Jordhy a Camila, su polola, en marzo pasado. Sabían también de su historia. Como señaló Harold Mayne-Nichols: “ese chico jugaba en los cerros de Antofagasta. Las canchas donde él jugaba, los niños la conocían como el Mugriental. Ese era el ambiente donde Jordhy creció”.

Lamentablemente el fútbol profesional está dominado por hombres que viven y reproducen una cultura machista que se ve reflejada en casos como éste, y también en el desprecio institucional por lo femenino, como quedó al descubierto con la falta de arquera en la selección nacional en los Panamericanos Santiago 2023, o en España por el abuso del ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Rubiales, en contra de Jenny Hermoso y los vergonzosos episodios posteriores.

En nuestro trabajo de prevención de violencias en contextos escolares, vemos el interés de muchos jóvenes, hombres y mujeres, y de profesionales de la educación de aprender sobre la violencia en pololeo, porque la viven ellos mismos o la ven en sus amigas y amigos. Están conscientes de su gravedad y dispuestos a recibir información y formación para prevenirla y evitarla.

En la región del Maule, una de las regiones con mayor violencia intrafamiliar de Chile, estamos implementando un programa de prevención de violencias con apoyo del Gobierno Regional y una de las líneas de acción es desarrollar una aplicación web que aborda la violencia en pareja que estará disponible para el apoyo pedagógico en todos los establecimientos de enseñanza media de la región.

Que Jordhy Thompson haya crecido en un ambiente machista, no lo exime de su responsabilidad como victimario. Este caso, como muchos otros, nos sirven de lección para contrarrestar la cultura machista imperante en la escuela, en la familia, en las empresas. Aprendamos y tomemos acciones para que cada día haya menos violencia en el pololeo.

 

Marcelo Trivelli

Fundación Semilla

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Fundación Semilla

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  1. Renato Alvarado Vidal says:

    El autor del artículo escribe: «Los clubes de fútbol ponen el foco en el fútbol y no en la persona.» Lo que me parece una generalización demasiado amplia, afortunadamente más adelante expresa: «Lamentablemente el fútbol profesional …» y esta precisión me parece imprescindible.
    Veinticinco años como dirigente del deporte amateur me enseñaron que este deporte y el profesional se parecen solamente en el atuendo y el equipamiento, pero se rigen por una lógica interna muy diferente; mientras el deporte aficionado tiene una función eminentemente social, orientada en torno a prácticas recreativas y formativas, por lo que aquí sí cabe esperar esa responsabilidad que reclama el autor, el deporte profesional se rige por la lógica del espectáculo y su necesidad de «astros y estrellas», por eso los clubes no dudan en comprar – nótese que más que contratar los «adquieren»- personajes que resulten atractivos al público, sin importar sus hábitos personales ni conductas privadas; incluso algún escandalillo por aquí y por allá siempre será noticia y publicidad.
    Son las leyes del mercado.

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