
Nuestra sociedad capitalista e individualista, donde impera el descarado abuso, vive a expensas de un consumidor enfermo. Bombardeado, manipulado a diario por la publicidad, que le ofrece créditos, tarjetas, premios, descuentos y fechas donde consumir, no le da tregua. Pirotecnia de oportunidades, para lograr la felicidad. No consumir, abstenerse de lograr los bienes