ONU: Las aguas transfronterizas deben gestionarse como ecosistemas, no como recursos económicos
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Las aguas transfronterizas, aquellas compartidas por dos o más países, deben gestionarse como ecosistemas vivos, no simplemente como recursos económicos, afirmó el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo, durante el Consejo de Derechos Humanos.
En vísperas del Día Mundial del Agua, 22 de marzo, el experto emitió el siguiente comunicado:
“En el contexto del Día Mundial del Agua 2024, que las Naciones Unidas combinan bajo el lema «aprovechar el agua para la paz», insto a la adopción de un enfoque de derechos humanos para la gestión de las aguas transfronterizas. Un enfoque de este tipo puede ayudar a prevenir conflictos y construir una paz duradera.
A lo largo de la historia, los ríos han unido a personas independientemente de sus culturas, idiomas y religiones. Hoy en día, 153 países comparten ecosistemas acuáticos compuestos por casi 300 cuencas fluviales y alrededor de 600 acuíferos transfronterizos, que comprenden el 60% del agua dulce accesible del planeta.
El agua vista únicamente como un recurso económico puede generar conflictos debido a estructuras hidráulicas, sobreexplotación, contaminación, actividades extractivas, acaparamiento de tierras y saqueo de territorios indígenas. Estos pueden derivar en conflictos armados, especialmente en cuencas transfronterizas. El cambio climático exacerba este riesgo.
Necesitamos gestionar los ríos como ecosistemas vivos, compartiendo la responsabilidad de gestionarlos de forma sostenible en beneficio de todos para mantener un nivel de vida adecuado, de acuerdo con el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
La urgencia de pasar de un enfoque basado en recursos a uno basado en ecosistemas es mayor que nunca debido a los riesgos de sequías, inundaciones y migraciones masivas inducidas por el cambio climático que desestabilizan las regiones.
Los desastres naturales como inundaciones y sequías no respetan las fronteras en las cuencas y acuíferos transfronterizos. Por lo tanto, debemos pasar de la soberanía nacional sobre el agua a la responsabilidad compartida de gestionar estos ecosistemas. En áreas con cuencas y acuíferos transfronterizos, los gobiernos son responsables de garantizar los derechos humanos al agua potable y al saneamiento para las personas que viven en estas regiones.
Para gestionar los recursos de manera sostenible, debemos negociar acuerdos, priorizar los derechos humanos e incluir a todos. La participación de las mujeres es fundamental en su compromiso y liderazgo en el suministro de agua a sus familias y comunidades. Los Estados deben cumplir con la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, que aborda la participación plena e igualitaria de las mujeres en la resolución de conflictos.
El Convenio del Agua de las Naciones Unidas ofrece directrices para la creación de acuerdos transfronterizos. Su implementación promueve la gestión sostenible de ríos y acuíferos, minimiza los riesgos de sequías e inundaciones y prioriza las necesidades básicas de las poblaciones dependientes. Muchos países africanos lo han respaldado. Animo a otras regiones a seguirlo.
Garantizar el acceso al agua y al saneamiento puede prevenir conflictos y promover la paz, especialmente en situaciones posteriores a conflictos, fomentando el diálogo y las soluciones prácticas.
Lamentablemente, el agua se utiliza como arma de guerra contra civiles en conflictos, particularmente en la Franja de Gaza. La población palestina se enfrenta a un bloqueo de agua potable, alimentos y medicinas, lo que constituye un crimen contra la humanidad.
En el Día Mundial del Agua, utilicemos el agua para promover la paz y la cooperación entre las naciones mediante la gestión responsable de las cuencas y acuíferos transfronterizos. El agua debería ser un símbolo de paz”.
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