
Australia respondió ayer a la indignación de China por su decisión de adquirir submarinos estadunidenses con propulsión nuclear en lugar de sumergibles convencionales franceses y se comprometió a respetar el derecho internacional en los espacios aéreos y marítimos reivindicados por Pekín. La adquisición también causó la indignación de París, que llamó a consultas a sus