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Balmaceda y Allende

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En la historia hay dos presidentes que en su gobierno vivieron agudas confrontaciones pero que con el paso del tiempo han ido creciendo hasta alcanzar dimensiones universales: Balmaceda y Allende.
 Carlos Marx en  su texto el 18 Brumario de Luis Bonaparte señala tomando la tesis de Hegel que los personajes y los grandes hechos históricos se repiten, que se repiten dos veces una vez como tragedia y otra vez como miserable farsa o sainete.
Me referiré aquí al gobierno de Balmaceda y su repetición como drama histórico en el gobierno del doctor Salvador Allende.
En lo esencial el gobierno del presidente Balmaceda intentó dar el gran salto de Chile hacia su modernidad y transformarse en una potencia regional.  El gobierno del doctor Allende intentó el desarrollo de Chile en en un marco de justicia social.
 Fueron dos intentos de dar un gran salto en la historia y  ambos tienen una íntima relación con la riqueza minera de nuestro país.
El presidente Balmaceda desplegó una gran gestión pública,  creando el Ministerio de Obras Públicas, una red de ferrocarriles en todo el país, cientos de escuelas, liceos y sedes umiversitarias, el Instituto Pedagógico,    el viaducto del Malleco, canalizó el río Mapocho, fundó el  hospital Salvador,  buscó modernizar el ejército, fortaleció y modernizó la marina, creó el primer Liceo para señoritas, creó el Instituto Nacional Barros Arana para los estudiantes de provincia. La obra realizadora de Balmaceda es gigantesca. Tenia la riqueza salitrera.
De su parte Salvador Allende no estaba en condiciones económicas de llevar adelante un programa de realizaciones de esa envergadura pues recibió la hacienda pública en un estado de muchas estrecheces que daba cuenta de la necesidad de poner al país en un proyecto de desarrollo económico nuevo.
Con todo Allende llevó adelante un exitoso programa de construcción de lo que hoy día llamaríamos viviendas sociales, estableció la gratuidad de la educación a todos los niveles, distribuyó medio de litro de leche diario para todos los niños del país cuando en Chile había desnutrición, fortaleció y desarrolló un programa de transporte público de pasajeros expresado en la empresa de transporte público del Estado (ETC), mejoró los sueldos de profesores y fuerzas armadas.  Nacionalizó  el cobre y llevó adelante la  reforma agraria.
Ambos presidentes fueron derrocados por la acción de gobiernos extranjeros. En el caso de Allende esto es muy nítido y está documentado por el propio Estado que llevó adelante la desestabilización: los informes del senado norteamericano conocidos como Church del año 1975   y  Hinchey del 2000 lo dejan claramente establecido.
La guerra de 1891 no fue como nos quiere mostrar la historia oficial una disputa entre el parlamento y un régimen presidencialista. El presidente chileno y nuestro país, fue agredido por el Imperio británico a partir de la instigación del especulador financiero John Tomás North, que mediante malabares y uso de información privilegiada se había hecho de las riquezas salitreras.
 Allende nacionalizó el cobre como lo había prometido y por eso fue objeto de la agresión norteamericana, aún antes de asumir como presidente, como dan cuenta los informes senatoriales norteamericanos. Ya desde 1964 se conspiró contra él partiendo con la campaña del terror de ese año.
 En el caso de Balmaceda hay que dejar dicho que la flota inglesa operó en la guerra en contra del gobierno constitucional de Chile y que esos servicios fueron tan significativos que una vez conseguido el triunfo se brindó una cena de celebración y agradecimiento  en el Palacio de la Moneda a los oficiales de los buques de guerra ingleses que habían participado.
En el caso de Allende es evidente que los buques americanos participantes de la operación Unita no habrían permanecido indiferentes si las cosas se le hubieran entrabado a los golpistas.
 Allende nacionalizó el cobre dando continuidad y profundización a la chilenización iniciada por el presidente Eduardo Frei Montalva; de su parte, Balmaceda anunció en un discurso en Iquique en 1889 que Chile nacionalizaría el Salitre lo cual implicaba, que sin tocar las empresas salitreras inglesas existentes,  todo lo que se iniciara en el futuro solo podría estar en manos de chilenos que  deberían  explotar tales yacimientos en sociedad con el Estado.
Esta es la causa fundamental del derrocamiento de Balmaceda y Allende, nuestras riquezas minerales.
Cuando Allende asumió el mando de la nación el 4 de noviembre de 1970 y se trasladó al palacio Castillo de Viña del Mar en la tarde, comentó que lo más emocionante en ese día había sido que un descendiente de Balmaceda le había entregado en el Palacio de La Moneda una copia del testamento político de su antepasado.
No cabe duda que Allende estudió y sacó lecciones de Balmaceda.
 A diferencia de este sus relaciones con la iglesia católica fueron muy buenas a tal punto que esta patrocino hasta el último un diálogo político que evitara un desenlace trágico y previsible.
Allende se cuidó mucho, quizás demasiado, en preservar las libertades públicas y no recurrió nunca a la dura mano punitiva del gobierno del presidente Balmaceda, permitió una libertad de expresión que llegó al abuso. Rechazó ante sus propios partidarios el 29 de junio después de una semana militar cualquier iniciativa que implicara cerrar el congreso.  Hizo cuanto le fue posible, permitiendo incluso que minúsculos grupos llegaran a la falta de respeto, por mantener la unidad de la izquierda a diferencia de Balmaceda que se terminó enemistando con mucha gente, entre ellos muchos liberales.
 Allende y  Balmaceda hicieron cosas similares. Como por ejemplo, traer militares al gobierno, el primero  al general Prats y el segundo al general Velásquez que había sido el jefe de la artillería chilena en la guerra del Pacífico, ambas decisiones fueron muy discutidas en su momento, incluso en el campo propio.
Allende  trató de evitar la  guerra civil, aunque ello no evitó el genocidio.
Arrastrados a la muerte y al escarnio luego de su partida se ha reivindicado a ambos personajes, el funeral de Balmaceda se llevó a cabo 5 años después de su muerte y fue una gigantesca manifestación de cariño y adhesión popular.
 Allende debió esperar 17 años para que la timorata democracia llevara a cabo un funeral de Estado que le fue escamoteado a su pueblo.   A cambio personajes políticos que incluso habían participado en su derrocamiento le rendían homenaje en ceremonia privada y a puertas cerradas en el cementerio general. Fuera de él un millón y medio de personas observaban a la distancia el funeral de su líder.
 Toda la historia posterior a 1891 reivindica a Balmaceda, el propio Alessandri don Arturo,  un joven golpista de ese año  manda a redactar siendo presidente  una constitución que es claramente de contenidos balmacedistas.
 Allende citó muchas veces en sus discursos a Balmaceda, muchas calles y avenidas se nombran en su honor, tiene monumentos en muchos lugares. Nadie se acuerda de los golpistas Jorge Montt Estanislao del Canto, Holley  o el mercenario/parlamentario Walker Martínez. El.nombre  del asesino  de Allende es hoy un insulto en la política mundial.
De su parte Allende es el chileno junto a Neruda más conocido universalmente. Solo en Francia 2.000  plazas, calles, avenidas lugares y públicos llevan su nombre, en Ankara capital de Turquía, en su plaza principal está el monumento de Allende junto al del fundador de Turquía moderna Ataturk,  el sindicato de los trabajadores de la salud en la República de El Salvador se llama Salvador Allende, en México un pueblo que había crecido mucho y que tenía que crear un municipio y darse un nombre por decisión de sus habitantes adoptó el de Salvador Allende,  uno de los más importantes hospitales de La Habana se llama Salvador Allende, hay muchos monumentos en torno a La Moneda y los turistas solo paran a fotografiarse en el de  Salvador Allende.
Este presidente cometió errores como por ejemplo emprenderlas contra la industria nacional en circunstancias que la derecha había apoyado la nacionalización del cobre, tolerar los desvaríos de la ultra izquierda que terminaron asustando a la clase media, dar por supuesto el apoyo del campo socialista a la revolución chilena . Pero con todo, esas no son las causas eficientes  o idóneas que determinan su derrocamiento.
En su ultimo discurso  y en la premura de la muerte inminente Allende no llama a la venganza, señala no tener amargura sino decepción, augura el caminar de otros hombres.
Balmaceda en carta a su hija mujer le pide que no se hable mal de nadie que la guerra ha terminado.
Tenia razón Neruda. Chile solo ha tenido  dos presidentes grandes Balmaceda y Allende.
Por Roberto Avila



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