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Por qué no fracasó el gobierno de Salvador Allende: una lectura imprescindible

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A 50 años del golpe de Estado civil-militar en Chile, que derrocó al gobierno legítimo de Salvador Allende, se mantiene un debate sobre si la Unidad Popular (UP) fracasó o fue derrotada. Un debate que se extiende hasta el día de hoy por la falta de decisión, política e intelectual, de instalar una verdad histórica. A diferencia de este relato justo, instalado y consolidado por todos los demócratas en el mundo, en Chile la historia ha sido escrita por lo vencedores. Aun cuando la dictadura terminó en 1990 y Augusto Pinochet murió el 2006, el régimen político y económico levantado por la dictadura sigue en plena vigencia administrado por no pocos golpistas civiles.

El sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid Marcos Roitman Rosenmann (Santiago, 1955) autor de numerosos ensayos, columnas y documentos académicos, ha publicado este año “Por qué no fracasó el gobierno de Salvador Allende” (Sequitur, Madrid, 2023 y Libertaria Ediciones, Santiago, 2023), un libro imprescindible para leer en estos momentos. Se trata de un pequeño ensayo de fácil lectura que debería leerlo todo demócrata y, en especial, las generaciones más jóvenes.

Paso a paso, Marcos Roitman desmiente con datos cada una de las falsedades que ha levantado la derecha golpista para justificar el golpe de estado.

 ¿Gobierno de minoría?




En las elecciones de 1970, la UP obtuvo un sólido respaldo popular, alcanzando el 36.4% de los votos. En medio de un clima de desestabilización, las elecciones parlamentarias de 1973 vieron un aumento en el apoyo a la UP, llegando al 44%. Estos resultados indican que la UP estaba lejos de ser un fracaso en términos de apoyo electoral.

Además, la legitimidad de Salvador Allende como presidente se consolidaba tanto a nivel nacional como internacional. Su liderazgo ganaba reconocimiento a nivel global. La idea de que la UP carecía de convicciones democráticas y que buscaba un régimen totalitario no se sostiene. La UP fue una propuesta del pueblo y las clases trabajadoras en busca de una sociedad más justa.

La narrativa de la derrota y el fracaso de la UP ha sido promovida por diversos sectores, incluyendo científicos sociales, socialdemócratas y defensores de gobiernos posteriores. Sin embargo, esta narrativa oculta la responsabilidad de quienes rompieron el orden constitucional: la derecha y los militares traidores.

La pregunta que surge es por qué Estados Unidos y la burguesía chilena se esforzaron tanto en derrocar a un gobierno que, según la narrativa oficial, estaba condenado al fracaso. Si la vía pacífica al socialismo era tan inalcanzable, ¿por qué no esperar a las elecciones de 1976 para competir democráticamente?

La respuesta es que la UP representaba una amenaza para los intereses de las clases dominantes y el capital. Las políticas de expropiación, nacionalización y redistribución de la riqueza eran consideradas peligrosas por aquellos que detentaban el poder económico y político.

En lugar de aceptar la versión oficial de la historia, debemos reconocer que la caída de la UP fue el resultado de un golpe de Estado impulsado por la derecha, el gobierno de Estados Unidos y los militares traidores. Aceptar esta premisa pone fin a la idea de fracaso y derrota de la UP.

En última instancia, la UP no fracasó en su búsqueda de un Chile más justo y equitativo. Fue un proyecto político que contó con el respaldo de amplias mayorías populares y que enfrentó la oposición feroz de aquellos que temían perder sus privilegios. Más allá de la versión oficial, la UP sigue siendo un símbolo de lucha por la justicia social y la democracia en Chile.

Marcos Roitman Rosenmann

Aquí hay algunos aspectos clave de ese período:

  1. Viviendas Sociales: Durante el gobierno de la Unidad Popular se hizo un esfuerzo significativo en la construcción de viviendas sociales para mejorar las condiciones de vida de los sectores más desfavorecidos de la población.
  2. Nacionalización de Recursos Básicos: Se nacionalizaron sectores clave de la economía, incluyendo la minería del cobre, que representaba una fuente importante de ingresos para el país.
  3. Alfabetización: Se implementaron programas de alfabetización para reducir la tasa de analfabetismo en el país.
  4. Reforma Agraria: Se llevaron a cabo reformas agrarias con el objetivo de redistribuir la tierra y mejorar las condiciones de los campesinos.
  5. Aumento de Salarios: Se buscaron incrementos en los sueldos y salarios de los trabajadores.
  6. Reconocimiento de Derechos de Pueblos Originarios: Se reconocieron y respetaron los derechos de los pueblos originarios, como el pueblo Mapuche.
  7. Compromiso con la Igualdad de Género y la Juventud: Se incluyeron demandas de igualdad de género, luchas feministas y las preocupaciones de la juventud en las políticas gubernamentales.

 

El libro de Libertaria Ediciones está en el GAM, en la librería del FCE y  librerías en general.

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Marcos Roitman Rosenmann

Profesor titular de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y profesor e investigador invitado en la Universidad Nacional Autónoma de México así como docente en diferentes centros de América Latina. Columnista del periódico La Jornada de México y Clarín digital de Chile

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