Crónicas de un país anormal

Estados Unidos, el enfermo de América

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Las encuestas (son muchas en Estados Unidos), están condenadas al error, pues el Sistema Electoral norteamericano, concebido por sus padres fundadores, es bastante complejo: el triunfo o derrota de un candidato se define no por la cantidad de votos populares, sino por el candidato que haya obtenido más de 271 votos en el Colegio Electoral. Han existido varios casos en que el candidato que ha obtenido más votos ciudadanos sea derrotado por el que venció en los Colegios Electorales, (en la última elección de Hillary Clinton Vs. Donald Trump, por ejemplo, el segundo ganó por contar con más de 271 votos en el Colegio electoral, Vs. 3 millones de los ciudadanos, de Hillary Clinton).

En el mapa de los Estados Unidos hay regiones aseguradas para los demócratas, la Costa del Pacífico y la Costa del Atlántico norte, con Nueva York a la cabeza; en el caso del Partido Republicano, el centro de Estados Unidos. Hay varios estados en que los electores han votado por uno u otro partido, y son estos los que, en realidad, definen la elección presidencial. (3 de mayo 2020 se mantuvo intacto y  los demócratas recuperaron los estados perdidos del cordón industrial decisivo para el triunfo de Biden-Harris)

Los estados de Florida y Texas quedaron en  manos del Presidente Trump: en ambos estados vive una mayoría de latinos, en Florida influencia de “marialitos”, (cubanos) y, últimamente, venezolanos. El senador que los representa, Marco Rubio, ultra reaccionario, es hijo de cubanos. Trump, con el propósito de ganar en Florida, sostiene un discurso anti socialista, descalificando a los Demócratas como anarquistas, socialistas y comunistas, expresiones ridículas cuando son dirigidas a Joe Biden, hombre perteneciente al establishment, que ha estado la mayor parte de su vida en la política, y lo máximo que se le puede imputar es que cuenta con el apoyo de George Soros, los Clinton y los Obama.(Cubanos, Venezolanos y Colombianos Uribistas fueron fácilmente ganados por Trump)

Texas, que en las elecciones votó por Trump, hoy se encuentra en muy mala situación económica: el precio del petróleo, su fuerte, no alcanza a compensar los gastos de la extracción, y para que fuera rentable debería valer 80 dólares el barril, (hoy está entre 30 y 40 dólares el barril). Además de la pandemia, que ha asolado a Texas con excepcional furia, tiene a la antigua pertenencia de México a muy mal traer (A Pesar del avance demócrata Texas sigue siendo Republicana )




Entender el voto étnico como bloque es falso; hubo un  el 12% de los afroamericanos y un 36% de los latinos que votó por Trump, la mayoría  de los blancos voto por el Presidente actual. En los temas, (economía, por ejemplo,) ganó Trump.

La diferencia entre popular  fue  de 4 millones en favor de Biden  un record histórico de 74 millones de sufragios, Biden tendría al menos 310 electores  número mayor al de Trump el 2016.

La guerra de Trump en contra de periodistas y escritores ha recrudecido: hoy, una sobrina del Presidente lo retrata como un personaje maníaco y narcisista, un niño mañoso y caprichoso, que se enfurece cada vez que alguien osa contradecirlo. El suspender una conferencia de prensa achacando a una periodista por su supuesta nacionalidad china ha puesto en ridículo al mandatario y por primera vez la prensa se niega a transmitir mentiras de Trump cortando y retrucando las falsas noticias que se convierten en un peligro en un país que gracias a la enmienda 2 está armado hasta los dientes.

Por otra parte, la pandemia ha afectado a Estados Unidos con cifras alarmantes: 5 600 millones de contagiados y más de 170 mil muertos, (el primer lugar en el mundo), y muchos de ellos achacables a zigzagueante política del Presidente, (ha llegado hasta el extremo de recomendar el uso hidroxicloroquina y al de detergentes como remedios para combatir el Covid-19).

Estados Unidos es un país que no sufrido golpes de Estado, (según un brillante analista, porque en ese país “no hay embajada de Estados Unidos”); a ningún Presidente de este país se le ocurriría llamar a las Fuerzas Armadas para reprimir manifestaciones pacíficas de la ciudadanía que, ilegalmente, utilizó en Washington, mostrándose en una foto, que se hizo viral, con una biblia en sus manos, en la iglesia Bautista de la Casa Blanca. En cuanto a los marines solo están destinados a invadir el Medio Oriente, Asia y América Latina, (al fin y al cabo, los negros y cobrizos no tienen alma, como antes lo determinaban también los primeros Concilios de la Iglesia Católica respecto de las mujeres). Donald Trump se ha burlado de los gobernadores y los ha acusado de incapaces para mantener el orden público, de ahí su discurso bélico y su disposición a la represión de los ciudadanos.

La economía era el fuerte de Trump: la peste la ha hundido el PIB de Estados Unidos, por primera vez en la historia se redujo en un 9%, y la cifra de cesantes alcanza a millones de personas.

El destino, como el curso de las cataratas, no se puede prever y, además, es difícil de contener y canalizar.

Con tan negro panorama el triunfo de Biden y Harris debía haber sido fácil y contundente y no lo fue; los demócratas han perdido un número importante de representantes y en el Senado base para poder gobernar o ganan los republicanos o se produce un empate

Antes de la Primera guerra mundial el imperio Turco era el enfermo del mundo. Hoy EEUU transita desde el destino manifiesto a convertirse en el enfermo de América.

Biden y Harris son el doctor y la enfermera como en las novelas de  Corín Tellado

 

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

8 11 2020

 

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Historiador y cronista

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